Hoy vamos a hablar de un local al que hace mucho que teníamos ganar de escaparnos, por diferentes motivos nunca habíamos ido a comer, obviamente conocemos el local, sus referencias y la pareja que hace esto posible, Jose y María, son viejos conocidos de las Redes Sociales.
Debo avanzar que fuimos a cenar, pues están a escasos 40 minutos de nuestra ciudad Valencia, pero es recomendable tanto para comidas como para cenas, dado que está situado en un bello pueblo de la comarca del Alto Palancia, una comarca rica en vegetación, en agua y en grandes productos gastronómicos, tales como el Aceite de Viver o de Segorbe o el famoso cordero de la comarca, por no hablar de sus quesos o de la incipiente actividad bodeguera en la zona.
Llegamos poco más tarde de las 21 horas al pueblo de Altura, un pueblo que pasa desapercibido y que es cuna de tranquilidad, de buen comer y de buen hacer, el local se encuentra fácilmente y aparcamos un poco más arriba de la calle dónde se encuentran. Justo en la puerta del horno del pueblo, el olor a panquemado y a coca nos hizo entrar y, obviamente, cargar con un panquemado normal y otro de pasas y nueces, aunque debo reconocer que me quedé con las ganas de sus cocas de cebolla, de tomate o de pisto.
Pan Artesano hecho en el local |
Al llegar al local nos recibió Jose Vicente, Colito en el pueblo, apodo heredado de su abuelo, oriundo del lugar y del cual presume orgulloso Jose, un local amplio , con espacio entre mesas y con una decoración cálida y amable en donde la imagen de marca está presente gracias a las sabias manos del padre de María, que trabaja la madera de una forma artesanal que no pasa desapercibida. Varias neveras de vino se disponen por todo el local y al asomarse a al barra, se puede ver de soslayo el Kamado, horno de origen oriental que posteriormente dotaría de sabor y color unas costillas de ternera espectaculares.
Arco de Morozán Cr. 2014 |
Tomamos un breve aperitivo, Manzanilla de SanLucar y una clara de presión muy bien tirada, acompañadas por unas olivas negras con Aceite de Oliva Virgen Extra y unas escamas de Sal Maldon. Como viene siendo habitual dio comienzo el festival, dónde fueron Jose Vicente y María los que decidieron que íbamos a comer. La bebida también la dejamos en sus manos, tras indicarles que buscábamos o un blanco con algo de crianza o un tinto semicrianza, dadas las temperaturas que tenemos en estas fechas, apetece algo ligero y que aguante el menú con estoicidad.
Sepia con Mahonesa y Anchoa |
Empezamos pues con un crianza de Ribera del Duero, Arco de Morozán del 2014, , 100% Tinta del Pais, un vino elegante, suntuoso, con un alcohol bien ensamblado, la lágrima en copa dejaba sus 14,5º de alcohol que para nada molestaban cuando pasaba por la garganta, llenando la retronasal de toques balsámicos y mentolados.
En cuanto el vino reposó en la copa apareció el pan que también hacen en el propio local, ligeramente aromatizado con hierbas de la zona y con un toque salino muy acertado.
Daba comienzo pues la cena, cabe decir que los entrantes fueron todos a compartir, dado que mi pareja tiene problemas de intolerancia con algunos productos y preferimos ponerlos al centro, así podía yo dar buena cuenta de lo que a ella no el convenciera. Comenzamos con unos conos de Sepia con Mahonesa coronados con una esferificación de anchoa, muy bien ejecutada.
Caballa Marinada con Ajoblanco |
Me resultaron sabrosos y potentes, aunque cabe decir que el sabor tan potente de la Anchoa no permitía salir a la sepia hasta bien pasado el bocado. Tras este pica pica refrescante llegó el mejor plato de todo el menú, una Caballa sabiamente marinada que reposaba sobre un Ajoblanco aromatizado con Fino de Jerez, una combinación perfecta que daba sabor y potenciaba todos los ingredientes del plato, de este me hubiera comido todas las existencias pero quedaban muchas cosas por descubrir.
Dim Sum de Trinchat |
El sabor que permanecía en nuestra boca fue subiendo de potencia hasta que los Dim Sum de Trinchat de longaniza llegaron a nuestro paladar, sabiamente preparados y dispuestos sobre una juliana muy fina de alga Wakame, regados con salsa de soja y unas semillas de sésamo que le daban un toque muy agradable al conjunto
Este plato nos dejó un buen sabor de boca, la salinidad de la soja y el Wakame contrastaba con la dulzura del trinchat, un mar montaña muy bien ejecutado y que realmente nos sorprendió.
Pulpo de Roca con Romescu |
Tras este plato llegó una ensalada dónde el pescado azul volvía ser protagonista, esta vez era la sardina, magistralmente marinada y acompañada por un tomate pelado del terreno, con un queso fresco de cabra que elaboran también ellos mismos, un plato refrescante y muy bien resuelto que dejaba un sabor de boca muy agradable y recuerdos de mar que harían aún más grande
los dos entrantes que faltaban por llegar.
Era un pulpito de roca el protagonista del siguiente escalón, un pulpo con el punto de cocción justo y un sabor potente y agradable que se veía potenciado por la Salsa Romescu que reposaba en la base, debo decir que me declaro fan incondicional de esta salsa, nacida para acompañar a los famosos calçots y que considero una salsa básica para cualquier elaboración, pues los toques tostados de la avellana, el tomate y el ajo le van bien a cualquier producto, desde una
Clóchinas al Curry |
cebolla hasta un cordero, pasando por unos langostinos o un buen pulpo.
El capítulo de entrantes terminaba con unas clóchinas valencianas, dado que estamos en plena campaña y este bivalvo, hermano pequeño del mejillón gallego, es una auténtico vicio para cualquier valenciano, por lo general los tomamos al vapor con un poco de pimentón dulce, ajos y limón o laurel, en este caso venían al vapor aromatizados por un Curry muy acertado que potenciaba su sabor y acompañaba a al perfección sus recuerdos a Mar Mediterráneo.
Fue en este punto cuando mi pareja decidió plantarse para poder llegar al postre, obviamente yo no daba por acabada la batalla y hasta mi llegó una deliciosa costilla de Ternera a la que el famoso Kamado había dotado de
Costilla de Ternera |
melosidad y sabor, su piel tersa y crujiente contrastaba con su carne melosa y sabrosa, creando un bocado lleno de sabor, textura y contundencia.
Llegados a este punto tan sólo nos quedaba disfrutar del postre y el café, pero al haberme quedado sin vino Jose Vicente, atento en todo momento, decidió abrir una buena Tinta de Toro para poder aguantar la corpulencia de esta elaboración, los taninos de Toro suavizaron su sabor y su posgusto se entremezcló con las notas humadas del plato dando como resultado un bocado perfecto para poder pasar al postre.
El postre no decepcionó y estuvo a la altura de las circunstancias,
refrescante, dulce pero no empalagoso el helado de mantecado con melocotón en almíbar ligero y Ricotta, un postre bien equilibrado en cuanto a sabor, dulzor y acidez y cuya textura y temperatura hacían disfrutar de cada uno de sus bocados.
El café vino acompàñado de petit fours, pero la foto ya no llegó, salvo por una galleta de chocolate que quedó enamorada de ese café, un elemento que muchos olvidan que es el último sabor que nos llevamos de un local y que merece un cuidado y profesionalidad especiales.
En fin sólo me queda agradecer a esta joven pareja que luchen por sus sueños, no es fácil en un pueblo del interior, en su #cocina4manos pues no hay nada más gratificante que disfrutar de la gastronomía en un local agradable y descubrir todo el calor y cariño detrás de cada sabor, de cada plato y de cada trago. Gracias pareja nos vemos por los bares (o los restaurantes).
PD Se me olvidó comentar que habían 3 mesas cuando entramos todas ellas con niños, por lo que el local es ideal para acudir también en familia
Agustín Sebastián, 4
12410 Altura (Castellón)
964147027